viernes, 28 de septiembre de 2012

LA TELEVISION

No más de 4 horas diarias frente a la televisión


Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Washington y el Instituto de Investigación Infantil de Seattle (Estados Unidos) publicado en la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, evidencia que el desarrollo lingual y expresivo es menor al frente de la televisión

Concretamente, los resultados del estudio muestran que por cada cuatro horas que los padres pasaban en presencia del sonido de la televisión, éstos pronunciaban menos palabras y los bebés eran menos propensos a realizar vocalizaciones en respuesta a las mismas.
Como apuntan los autores, un número cada vez mayor de niños se encuentran expuestos a la televisión durante sus primeros años de vida. Durante este período se desarrollan tareas de desarrollo clave como la adquisición del lenguaje, que se promueve mediante la interacción con los adultos.
Los resultados mostraron que cada hora de exposición a la televisión se asociaba con una disminución de 770 palabras, un 7% del total, que oía el niño de un adulto durante una sesión de grabación. Las horas de televisión también se asociaron con una disminución en el número y longitud de las vocalizaciones de los niños y en el número de conversaciones entre niños y adultos.
Los autores plantean que aunque a primera vista estos descubrimientos podrían parecer intuitivos, deberían interpretarse a la luz de las afirmaciones de los proveedores de DVD infantiles que señalan que estos productos están diseñados para proporcionar a padres e hijos una oportunidad de interactuar entre sí, una afirmación que carece de evidencia científica.

jueves, 27 de septiembre de 2012

MI HIJO NO QUIERE COMER

El niño con dificultades de alimentación


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El desarrollo de conductas de alimentación adecuadas y saludables en el niño depende en gran medida de la actitud de los padres en el acto de alimentar. La interacción de los mismos con el niño moldea dicha conducta

En una primera instancia el niño es alimentado. Alimentar implica una interacción de dos: el cuidador, generalmente la madre, y el niño. Al principio esto idealmente se logra a través de la lactancia materna. Se establece una comunicación entre ambos fundada básicamente en el llanto del niño y la oportuna respuesta de la madre, quien pronto aprende a diferenciar en su hijo un patrón para cada necesidad: afecto, alimentación, sueño, defecación-micción. Esta manera de comunicarse, poco a poco se ve enriquecida con la presencia de sonrisas, miradas y primeros vocablos que el niño emite. De los 4 a los 6 meses se da inicio a la alimentación complementaria (alimentos sólidos o líquidos distintos a la leche materna). La sana interacción entre el niño y su cuidador en estas etapas lo llevarán en un futuro próximo a independizarse y a comer (alimentarse por sí mismo y sin ayuda de otro).
Los padres ejercen gran influencia sobre la conducta alimentaria de sus hijos. En el período neonatal una dieta variada garantiza al feto una amplia exposición a sabores a través del líquido amniótico. Luego del nacimiento la leche materna también lo permite pues la misma se correlaciona con la dieta de la madre. Los padres además determinan el ambiente en el que se desarrolla la alimentación, dónde y cuando ocurre. Tienen estilos peculiares de alimentar que desencadenan respuestas en el niño. Los padres con un estilo de alimentación controlador, negligente o indulgente (ver cuadro anexo) tienen niños más vulnerables al desarrollo de dificultades de alimentación. Un estilo de alimentación responsable donde el niño es guiado, estableciendo límites de comportamiento y donde se dan respuestas adecuadas a sus señales de hambre, disminuye la posibilidad de desarrollar las mismas. Del mismo modo el alentar al niño a auto-alimentarse, en un principio con sus manos a pesar de que "ensucie las cosas" y luego con cubiertos acordes a su edad a pesar de que "no lo haga correctamente" es importante.
Las dificultades de alimentación se definen como cualquier situación que represente una interferencia negativa sobre el proceso normal de alimentación del niño. Las principales dificultades son el niño con poco apetito (hiporexia) y el altamente selectivo a la hora de comer.
La hiporexia o poco apetito puede ser secundaria a una enfermedad orgánica, puede ocurrir en niños deprimidos o lo más común, niños muy activos, más pendientes del juego y la interacción con su entorno que del comer, quienes además no identifican claramente la sensación de hambre y saciedad. En estos casos, mientras el niño aprende a identificar estas sensaciones y bajo la supervisión del pediatra tratante , es útil el uso de suplementos nutricionales especialmente formulados para la población pediátrica, que aportan calorías y tienen un balance adecuado de carbohidratos, proteínas ,grasas, vitaminas y minerales. Puede ocurrir también que los padres consideren a su hijo con poco apetito, por sobre-estimación de sus necesidades reales y en este caso el consejo oportuno del pediatra permitirá corregir dicho error de apreciación. En los niños con poco apetito es importante:

• Alimentarlos siempre en el mismo horario y distanciar las comidas y refrigerios de 3-4 horas. Si el niño no come en el tiempo previsto no podrá recibir ningún alimento excepto agua hasta la próxima comida.

• Servir porciones pequeñas

• El niño debe permanecer en la mesa hasta que "la barriga de papi y mami" estén llenas aunque ya no este comiendo o no quiera comer

• Las comidas deben durar un máximo de 30 minutos

• Mantener una actitud neutral

• No utilizar los alimentos como expresión de afecto

• Si el niño no se comporta bien, darle una sola advertencia, si no corrige la conducta colocarlo en tiempo fuera.

Otra dificultad común son los niños altamente selectivos también llamados "quisquillosos" o "melindrosos" a la hora de comer. Son niños que rechazan alimentos o grupos completos de alimentos por sus características (colores, texturas, sabores, olores). Hay que señalar que entre los 18-24 meses de edad se atraviesa una etapa conocida como "neofobia' donde existe un temor y rechazo innato a probar nuevos alimentos , que con el transcurrir del tiempo se va superando. A veces para lograr la aceptación de un nuevo alimento son necesarias hasta 10 exposiciones al mismo. Por ello es importante en el inicio de la alimentación complementaria garantizar la máxima exposición a sabores y texturas. En este caso si hay un rechazo a grupos completos de alimentos puede ser útil el uso de los suplementos nutricionales ya mencionados. Ofrecer consistentemente nuevos alimentos sin presionar al niño es la clave, entendiendo que aceptarlos toma tiempo pero con paciencia se logra. También deben respetarse preferencias de alimentos dentro de un mismo grupo (por ejemplo que acepten algunos vegetales y otros no) y evitar hacer "puntos de honor" con alimentos preferidos por los padres pues esto, junto con la presión que ellos pueden ejercer a la hora de comer, suele incrementar el rechazo. En algunos de estos niños también se describe una mayor sensibilidad a la percepción gustativa de sabores amargos y ciertas texturas de alimentos, lo cual los haría más proclives a rechazarlos.
En líneas generales la prevención y manejo de las dificultades de la alimentación se basa en una conducta responsable del cuidador. Alimentar al niño de acuerdo a sus necesidades reales de apetito y saciedad, responder positivamente a sus intentos de auto-alimentarse, conocer las distintas etapas y dificultades que atraviesa, desde que "es alimentado" hasta que logra "comer por sí mismo" son fundamentales.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

ALTERACIONES DEL CRECIMIENTO

¿Qué son los problemas de crecimiento?

Son muchos los factores que afectan el crecimiento de un niño. El crecimiento y el desarrollo pueden verse afectados por:
  • la genética;
  • los hábitos alimentarios y la nutrición;
  • los patrones de sueño;
  • la función endocrina (hormonas);
  • la presencia o ausencia de una enfermedad crónica.
Cada niño crece con un ritmo diferente. No intente comparar el crecimiento de su niño con el de otros niños de la misma edad. Cada padre debe supervisar con regularidad el crecimiento de su niño. Esto puede llevarse a cabo con la ayuda de tablas de crecimiento y del pediatra.
Si no se supervisa de cerca el crecimiento de un niño, es posible que no se detecten trastornos del crecimiento. Un trastorno del crecimiento impide que el niño alcance la estatura y el peso óptimos, y puede afectar otros aspectos de su desarrollo mental, físico o emocional.

Tipos de trastornos del crecimiento

Retraso estaturo-ponderal

El “retraso estaturo-ponderal” no es un trastorno del crecimiento. Es la manera en que se identifica a los niños cuyo peso o velocidad de aumento de peso es significativamente menor que los de otros niños de la misma edad y el mismo sexo.
El retraso estaturo-ponderal puede originarse por muchos factores:
  • problemas de alimentación;
  • enfermedad, pobreza;
  • desnutrición;
  • escasa interacción entre los padres y el niño.
Independientemente de su origen, todos los niños con retraso estaturo-ponderal corren el riesgo de que su crecimiento sea lento o se detenga.

Baja estatura

La “baja estatura” es también una manera de clasificación descriptiva. No se considera un trastorno del crecimiento. Hace referencia a los niños cuya estatura o velocidad de aumento de estatura es menor que las de otros niños de la misma edad y el mismo sexo.
Algunas de las causas de la baja estatura pueden ser las mismas que la del retraso estaturo-ponderal. Comúnmente, se relaciona con la genética y no con enfermedades. Algunos niños crecen más lentamente pero culminan su crecimiento a una edad mayor y, por tal, alcanzan estaturas normales. Otros niños simplemente heredan la estatura final de uno de los padres.
Es posible que los niños de baja estatura no coman tanto como usted quisiera, dado que no lo necesitan, hasta que lleguen a la etapa de los estirones (crecimiento acelerado). Si se presiona a los niños para que coman más, es posible que aumenten de peso pero no de estatura.

Enfermedades endocrinas

El sistema endocrino es un sistema de mensajeros químicos que transporta hormonas por todo el cuerpo. Las hormonas ayudan a regular los procesos corporales, incluido el crecimiento. Cuando existe un trastorno del sistema endocrino, el crecimiento puede detenerse.
Los trastornos endocrinos incluyen:
  • Deficiencia de la hormona del crecimiento (somatotrofina): Esta enfermedad poco común se produce cuando el nivel de hormona del crecimiento de un niño es escaso o nulo. La hormona de crecimiento se produce en la hipófisis y estimula el crecimiento a través de interacciones químicas en el cuerpo. Sin ella, o sin una cantidad suficiente de ella, el crecimiento es lento o se detiene por completo.
  • Hipotiroidismo: Es una enfermedad causada por niveles bajos de hormona tiroidea en la sangre. Sin una cantidad suficiente de esta hormona, los bebés pueden tener un desarrollo cerebral inadecuado. Los niños mayores pueden tener un crecimiento lento y un metabolismo lento.

Signos y síntomas de los problemas de crecimiento

Un problema de crecimiento de un bebé o un niño puede detectarse después de que las mediciones de la longitud o la estatura indiquen una velocidad de crecimiento menor que la normal.

Otras causas de los problemas de crecimiento:

Las alteraciones en la salud y la nutrición casi siempre afectan el crecimiento. Otras causas de los problemas de crecimiento incluyen:
  • enfermedades graves en el cerebro, el corazón, los riñones o los pulmones;
  • enfermedad inflamatoria intestinal;
  • anomalías cromosómicas, como el síndrome de Down;
  • síndrome de Cushing (niveles de cortisol anormalmente altos);
  • síndromes genéticos poco comunes.

Cómo puede un médico ayudar a su niño

El pediatra puede ayudar mediante la supervisión regular del crecimiento de su niño. La supervisión y la evaluación adecuadas del crecimiento incluyen la medición de:
  • la longitud en posición recostada (acostada) desde el nacimiento hasta los dos o tres años de edad;
  • la estatura de pie en el caso de los niños que pueden pararse;
  • el peso;
  • la circunferencia de la cabeza hasta los 2 años.
El uso de la evaluación del peso solo no resulta útil. Esto se debe a que no permite distinguir entre un niño delgado y alto de otro obeso o bien proporcionado.
Es posible que un niño que ha dejado de crecer o que crece lentamente deba someterse a estudios adicionales para determinar la causa. Una vez que se descarte el retraso estaturo-ponderal, el médico posiblemente derive a su niño a un endocrinólogo. Este especialista buscará las posibles causas del problema de crecimiento. Análisis de sangre, radiografías y tomografías del cuerpo o del cerebro pueden ayudar a determinar la causa del problema de crecimiento.

Tratamiento

Si se determina la presencia de una enfermedad específica, es posible que se disponga de ciertas opciones de tratamiento para incrementar la estatura final del niño. Los problemas de crecimiento que se originan por trastornos endocrinos como el hipotiroidismo pueden tratarse con píldoras de reemplazo tiroideo. Pueden administrarse inyecciones de hormona del crecimiento a los niños con una deficiencia de la hormona del crecimiento o con síndrome de Turner.

Qué puede hacer usted para ayudar a su niño con problemas de crecimiento

Encárguese de que se pese y se mida a su niño en cada una de las siguientes ocasiones:
  • dentro de 1 a 2 semanas del nacimiento;
  • al mes, y a los 2, 4, 6, 9, 12, 18 y 24 meses;
  • una vez por año entre los 4 y los 6 años.
Los niños mayores y los adolescentes también deberían medirse una vez por año.
Una vez que a un niño se le diagnostica un problema de crecimiento, es importante poner énfasis en las otras características del niño, como su capacidad musical o afición a la lectura. Los padres deben ayudar a desarrollar la autoestima y la confianza en sí mismo del niño. Puede desarrollarse un sentido de valor propio a partir de habilidades y actividades. Además, puede resultar importante hablar con su niño acerca de las mejores formas de reaccionar ante los compañeros que puedan hacer comentarios sobre su baja
estatura

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Cuándo es conveniente solicitar asistencia médica

Todos los padres deben visitar con regularidad al pediatra, pero si usted descubre un signo o síntoma que le preocupa, consulte con el médico de inmediato.

Puntos clave

  • El crecimiento de un niño debe supervisarse de manera regular. Esto puede llevarse a cabo con la ayuda de tablas de crecimiento y del pediatra.
  • La alimentación inadecuada o las enfermedades pueden conducir a un crecimiento lento, pero es posible que esto no sea un trastorno del crecimiento.
  • Un trastorno del crecimiento puede presentarse al nacer o puede adquirirse posteriormente.
  • Es posible que los trastornos del crecimiento puedan tratarse con medicamentos o no.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Alimentacion a partir del Primer Año

 Esta es la etapa en la que debemos comenzar a educar y enseñarles "buenos hábitos alimentarios", porque cuanto más temprano sea, mejores frutos se verán a largo plazo, logrando así una alimentación saludable y una mejor calidad de vida
.

 


Cuando el niño cumple los 12 meses, ya ha pasado por dos de los principales períodos de la alimentación:
1. PERIODO LACTEO: en el cual es fundamental la lactancia materna.
2. ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA: donde es fundamental la incorporación paulatina de los alimentos para que éstos no resulten nocivos al intestino, el cual continúa madurando mes a mes. 
Por eso cuando nuestro bebé llega al año de vida nos preguntamos: ¿y ahora qué le debo dar?
Esta es la etapa en la que debemos comenzar a educar y enseñarles "buenos hábitos alimentarios", porque cuanto más temprano sea, mejores frutos se verán a largo plazo, logrando así una alimentación saludable y una mejor calidad de vida.
Si al niño se le da un alimento como premio o castigo, o si ante situaciones de angustia lo consolamos mediante este camino, se genera un hábito a ingerir alimentos en todo momento y a relacionar ciertas situaciones con el "hábito de comer".
Si el niño vive rodeado y tentado con alimentos grasos y calóricos, que muchas veces no son los más adecuados desde el punto de vista nutricional, será mucho más difícil desarraigar ese hábito en la adolescencia y adultez.
Y para lograr educar estos "buenos hábitos" nos podemos guiar de las REGLAS DE UNA

Los cereales, las legumbres y los alimentos ricos en féculas

Estos alimentos, ricos en almidón, son muy energéticos.
Los cereales, en forma de papillas, de pan o de copos tostados (trigo, avena, arroz, maíz, etc.) son indispensables en el desayuno tras el largo ayuno de la noche.
Conviene alternar las patatas, la pasta y el arroz con las legumbres. A partir de los 18 meses, se puede ofrecer al niño legumbres cocidas (lentejas, guisantes partidos), en forma de puré diluido con un poco de leche.
Las galletas que se comercializan, merienda muy apreciada, suelen ser muy ricas en azúcar y en materias grasas: es mejor sustituirlas por pan y chocolate con un vaso de leche. El pan o los biscotes deben acompañar todas las comidas.

Los huevos, la carne y el pescado

Hasta que el niño cumple 1 año, el objetivo principal al introducir este tipo de alimentos en sus comidas consiste básicamente en darle a conocer su sabor. A partir de ahora se deben incluir en cantidades más importan- tes. Estos alimentos aportan un complemento de proteínas (de 16 g a 20 g por 100 g de carne o de pescado), minerales (hierro, zinc, yodo, fósforo) y vitaminas. Los huevos sustituyen a la carne o al pescado; pueden servirse pasados por agua o en tortilla. Entre el almuerzo y la cena, el niño debe ingerir de 30 g a 50 g de carne o de pescado (peso en crudo) o un huevo.

La fruta y la verdura

La fruta y la verdura, ricas en agua, contienen también sales minerales. Además, constituyen la principal fuente de vitamina C y de caroteno (provitamina A), presente en las verduras y las frutas de colores vivos (zanahoria, albaricoque, tomate, melón, etc.).
El niño debe tomar fruta y verdura dos veces al día por lo menos: una verdura cocida + una verdura cruda o una fruta en el desayuno; un alimento rico en féculas +
verdura cruda o una fruta (cocida o cruda) en la cena.
Si el niño no quiere comer la verdura, puede sustituirse por fruta cruda o cocida.

Las materias grasas

Además de las materias grasas que contienen la carne, el pescado, las galletas, etc., la mantequilla, la nata, la margarina, las grasas animales y el aceite enriquecen la cocción de la verdura y de los alimentos ricos en féculas, pero no se debe abusar. ¡Cuidado con la mayonesa, con las salsas... y con los fritos! Una vez a la semana es suficiente.

Los productos endulzados

No son indispensables para la alimentación equilibrada del niño; su consumo debe mantenerse dentro de lo razonable. De vez en cuando, se puede dar un postre endulzado como algo extraordinario, o una tableta de chocolate con un poco de pan para variar la merienda, pero no debe convertirse en una costumbre... y aún menos en un premio.

Si el niño no almuerza en casa

Si de día el niño está en el jardín de infancia, con una canguro o en casa de los abuelos, conviene saber lo que ha comido al mediodía para preparar el menú de la cena en casa. ¡Cuidado! Hay que completar la alimentación del almuerzo y no repetirse. Por ejemplo, si no ha comido al mediodía alimentos ricos en féculas, ensaladas de frutas y de verduras o frutas crudas, aproveche la cena para proporcionarle estos alimentos fundamentales. Dale siempre un producto lácteo.


Ejemplo de menú:
Al año de edad se va estructurando la dieta propia de cada niño. Empieza a descubrir y aceptar los diferentes sabores de los nuevos alimentos que le son ofrecidos. A partir de ahora debe empezar a comer prácticamente de todo, aunque siempre de forma progresiva y con una dieta equilibrada. Su menú diario debe tener al menos 4 tomas: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
Durante esta época también debe producirse un cambio estratégico en su alimentación. Pasar de concepto de plato único a una comida compuesta por un primer plato (verduras, patatas, sopa, purés), un segundo plato (carne, pescado, huevo, todo ello acompañado de una guarnición) y finalmente un postre.
 
Desayuno
- Lactancia materna o una taza de leche.
- Entre 60 y 120 cc de cereales.
- Un vaso de zumo de naranja natural sin azúcar.
 
Media mañana
- Un yogur entero.
- ½ rebanada de pan integral o media pieza de fruta.
 
Almuerzo
- Primer plato: Generalmente a base de arroz, pasta, verduras con patata, legumbres en puré, puré de verduras con carne o pescado (puedes introducir parte en el puré y dejar un poco fuera, trocearlo bien y dárselo para que vaya masticando).
- Segundo plato: Carnes, derivados cárnicos, pescado o huevos. Deben aparecer en cantidades moderadas. Pueden acompañarse de una guarnición de ensalada o verduras o patatas (asadas o cocidas o en puré, no siempre fritas). Conviene incluir al menos 3 veces por semana pescado (blanco y azul) y huevos, hasta tres veces por semana.
- Postre: Un yogur.
 
Merienda
- Papilla de frutas o un bol con trozos de fruta muy pequeños.
- Un par de galletas.
- Un zumo de frutas 
Cena
- Biberón de leche con cereales o lactancia materna.
- Media tortilla francesa, o una lonja de jamón cocido, o un par de croquetas de pollo o pescado.
 


  •  LACTEOS:
    Equivalencias para medio litro de leche.
  • Queso: hay que multiplicar su peso por 3, así un trozo de 50 grs., equivale aproximadamente a 150cc de leche.
  • Yogur: es equivalente a la leche líquida (100cc=100cc)


La introducción de  los alimentos arriba indicados debe hacerse entre los 12 y 18 meses, insistiendo para que mastique casi todo. 
 

martes, 11 de septiembre de 2012

TECNICAS PARA AMAMANTAR

Lactancia natural                                    

                                         Amamantamiento Correcto y Técnica de Extracción de Leche Materna




El éxito de la lactancia materna depende principalmente de una correcta técnica de amamantamiento.
El requisito básico para un buen amamantamiento es una buena disposición y confianza de la madre en su capacidad de amamantar, lo que se logra si el equipo de salud demuestra interés, promueve, apoya y facilita la práctica de la lactancia materna, como la forma naturalmente dispuesta para alimentar al niño o niña.

 La técnica considera:
 Correcta posición de la madre y del niño (a). Existen varias posiciones que pueden usarse con éxito. Con mucha frecuencia la madre adopta la posición sentada con el niño (a) acostado de lado en sus brazos, en ese caso se recomienda:
Siéntese cómoda con la espalda apoyada, colocando los pies en un pequeño piso.
Si el niño (a) es demasiado pequeño utilice una almohada o cojín para acomodarlo a la altura del pecho

.

Sostenga al niño (a) recostado sobre su brazo, con el cuerpo enfrentándolo, abdomen con abdomen, la cabeza sobre el pliegue de su codo. Puede ayudarse con un cojín sobre la falda para sostener al niño (a) y afirmar el brazo.

Sostener bien el pecho
Sostenga la mama con la mano formando una “C”, con los cuatro dedos por debajo y el pulgar por arriba.  
Con el pezón toque el labio inferior del niño (a) varias veces hasta que abra ampliamente la boca, en ese momento, y con un movimiento rápido, atraiga el niño (a) hacia la mama, favoreciendo la entrada del pezón y casi toda la areola dentro de su boca.

No debe sentir dolor


Si el niño(a) está bien adherido al pecho, al succionar, no debe provocar dolor, si duele es porque el niño(a) está mal adosado a la mama por lo que se debe retirar del pecho, introduciendo un dedo por la comisura bucal, presionando la encía inferior. Al colocárselo nuevamente al pecho preocúpese de que la boca del niño(a) esté bien abierta antes de acercarlo a la mama.
Es conveniente que la madre reconozca la succión efectiva para saber que el niño(a) se alimenta bien: se escucha la deglución durante la mamada, al finalizar la madre nota el pecho más blando, el niño(a) se duerme o queda tranquilo y presenta orina y una deposición amarillenta, abundante, semilíquida y explosiva, que se adhiere al pañal.

Libre demanda al comienzo
La oferta de lactancia materna es libre demanda, lo que significa que el horario no es estricto, aunque probablemente sea cada 2 a 3 horas, día y noche, los primeros 30 días y luego progresivamente cada 3 a 4 horas hacia finales del 2do mes
.
Con promedio 10 minutos es suficiente
La duración de cada mamada en general fluctúa entre 5 a 15 minutos por lado.
Dos tipos de leche
En cada mamada el niño(a) debe recibir los dos tipos de leche de cada pecho: la leche inicial, con más contenido de lactosa y agua, y la leche final, con más contenido de grasa. Se recomienda alternar la mama con la que se inicia la alimentación.  
La producción de leche se establece durante las primeras semanas post parto por medio del balance entre las necesidades del niño(a) y el estímulo de la succión. En algunas mujeres, la producción de leche aumenta lentamente según las necesidades crecientes del niño(a), en otras, alrededor del tercer mes se presenta la llamada “crisis transitoria de lactancia”, en que el niño(a) mama con mayor frecuencia y la mujer cree no tener leche, se le debe recordar a la madre que si amamanta más seguido, aumenta su producción y vuelve a  al niño ordenarse.

No existen alimentos que hagan provocar cólico
Muchos sabores de los alimentos que come la madre pasan a la leche, pero eso no quiere decir que al niño(a) le hagan mal. No existen alimentos que produzcan cólicos al niño(a) al ser consumidos por la madre que amamanta.
La madre debe tomar sólo el líquido que desee según su sed; el exceso de ingesta de líquidos no aumenta la producción de leche.
El alcohol y las drogas, incluido el cigarrillo, pasan a la leche, por lo que igual que durante el embarazo, se deben evitar durante la lactancia.
Las mujeres durante la lactancia no deben automedicarse y deben advertir a quién le prescribe algún fármaco que está amamantando.
Planificar la vuelta al trabajo con tiempo
Es posible mantener lactancia exclusiva al volver a trabajar. Al mes post parto ya debiera discutirse el retorno al trabajo, cuales son sus planes, horario de trabajo, distancia, cuidado del niño(a) y los beneficios legales. Si no va a poder llevarlo al trabajo tenerlo cerca para amamantarlo, debe comenzar a practicar la extracción manual para desarrollar la destreza. El ideal es que el destete sea paulatino
.
Indicadores de Amamantamiento Correcto:


Sonido de deglución audible.
Actitud de niño(a) mamando tranquilamente, en forma rítmica y acompasada, claramente relajado y satisfecho.
Sueño tranquilo que dura alrededor de 1,5 a 3 horas entre mamadas.
Producción de volumen de leche constante y bajada de leche en relación al horario de demanda del niño(a).
Aumento de peso normal en el niño(a).
Promedio 6 pañales al día mojados con orina clara.
Promedio 4 deposiciones amarillas y fluidas diarias, durante el primer mes de vida.
Amamantamiento sin dolor, pezones y pechos sanos.

Extracción de Leche Materna:

 
Para hacer la extracción de leche, debe seguirse una rutina tanto en los horarios como en la disposición de los elementos a usar.
Lavar muy bien las manos con jabón, previo al procedimiento.
Diariamente debe etiquetarse cada envase con la fecha y hora de la extracción, y si va a ser enviado a la sala cuna, con el nombre del niño(a) en lugar visible.
Previo a la extracción propiamente tal, es necesario preparar los pechos, haciendo un masaje suave con pequeños movimientos circulares, sobre el pezón y la areola.
Cuando los pechos están congestionados se puede estimular el flujo de la leche colocando compresas tibias sobre ellos, antes de iniciar la extracción

.

La cantidad de leche extraída en cada sesión puede variar según las circunstancias, el estado psicológico de la madre, la hora, el ambiente y el tiempo que dedica a ello.
Idealmente evitar el trasvasije de leche y utilizar el mismo biberón que ofrecerá al niño(a).
Cuando la leche es almacenada, es normal que la porción de grasa se separa y queda pegada en las paredes de los envases, pero se mezcla al agitarla suavemente.
La técnica de extracción es igual a la técnica de amamantamiento y debe ser ensayada con el profesional de salud. La extracción puede ser por ordeñamiento mamario manual o apoyado por bombas extractoras.
Seleccionar un sistema de conservación según sea necesario: idealmente en refrigerador o en congelador.

Mas extracción, mas producción


Debe recordarse que mientras más leche se extrae más leche se produce.
Tiempo de conservación: Tº ambiente 12 horas; refrigerador 3 a 5 días, congelador dentro del refrigerador 14 días (refrigerador de una puerta); congelador separado del refrigerador 3 meses (refrigerador de 2 puertas o congelador independiente)
Es ideal un descongelamiento lento: en la noche anterior sacarla del congelador y ponerla en el refrigerador. No se recomienda recongelar la leche que ha sido parcial o totalmente descongelada.
Se calienta a "baño María"
Para entibiar la leche se recomienda hacerlo a “baño maría”, con la olla retirada del fuego unos minutos, sin hervirla y probarla en el dorso de la mano antes de administrarla. Antes y después de entibiar la leche es necesario batirla.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

LACTANCIA MATERNA

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“Nuestro primer contacto con nuestros hijos, es similar a nuestro primer baile con una nueva pareja, donde a veces tenemos que practicar un poco para poder movernos al mismo compás.

La lactancia es como una danza entre la madre y el/la bebé, donde cada paso y cada movimiento son algo nuevo para los dos. La mayoría de los problemas ocurren cuando el/la bebé no mama en la posición correcta, lo cual puede causar desde pezones adoloridos hasta una baja producción de leche”.

Éste es el testimonio de una madre para explicar el funcionamiento de la lactancia. En realidad es así, al principio es un acoplamiento entre mamá y bebé, los dos se están conociendo y deben ir poco a poco logrando esa armonía perfecta que les permitirá enamorarse y disfrutar inmensamente del amamantamiento.

Indiscutiblemente uno de los aspectos claves para lograr con éxito la lactancia materna es la técnica adecuada de colocación del/la bebé al pecho y conocer las diferentes posiciones que se pueden utilizar para lograr que el/la bebé  agarre correctamente y ambos puedan estar cómodos.

Una buena técnica de colocación al pecho es vital para asegurar que el/la bebé esté recibiendo suficiente leche y para evitar molestias y lesiones en los pezones. Para esto el/la bebé debe tomar la mayor parte posible de la areola dentro de su boquita, para saber si lo está haciendo debemos observar que sus labios estén evertidos, sus mejillas redondeadas, que no haya ruidos de chasquido o chupeteo, que su nariz y barbilla queden en contacto con el pecho y sobretodo que la mamá no sienta dolor mientras el/la bebé succiona.

Para lograr que el/la bebé se agarre del pecho correctamente, es necesario que independientemente de la posición que la mamá decida utilizar, el cuerpo del/la bebé esté en contacto con el cuerpo de ella, su cabeza esté de frente al pecho y la mamá le dé soporte al bebé en toda su espalda. Al momento de colocar el/la bebé al pecho, es fundamental estimular su reflejo de búsqueda rozándole sus labios con el pezón, inmediatamente el/la bebé abrirá su boquita y la mamá con un movimiento firme hacia el pecho podrá ayudar al bebé a tomar la mayor parte de la areola. Si la mamá siente que el/la bebé no agarró correctamente y le está molestando puede separarlo introduciendo su dedo meñique en la comisura del labio, de esta manera el/la bebé soltará fácilmente y ella podrá repetir de nuevo los pasos anteriores hasta que el/la bebé quede bien colocado.

Posición del bebé al pecho
Aunque lo más habitual es amamantar sentada o estirada con el bebé frente a la madre, son muchas las posiciones a las que se puede llegar a recurrir:

  • Postura sentada - Posición estirado: El bebé estirado frente a la madre  en contacto con su cuerpo, mamando de un pecho y con sus pies hacia el otro pecho. Es la más habitual.


Una variante de la posición anterior es colocar al bebé de forma inversa, también estirado y girado hacia la madre, pero con los pies hacia el otro lado. Esta variante no es tan frecuente pero puede ser útil si el bebé rechaza, por la razón que sea mamar de un pecho. Si se le coloca en el pecho que rechaza del mismo modo en que mama del otro, es posible que lo acepte.
  • Postura sentada - Posición "de rugby": El cuerpo del bebé pasa por debajo del brazo de la madre y sus pies apuntando a la espalda.

Esta posición es muy útil para drenar los conductos que se encuentran en la cara externa de los pechos y así prevenir, o si es el caso curar, posibles obstrucciones o mastitis que, aunque puede darse en cualquier zona del pecho, suelen ser más frecuentes en ésa.
Tanto las posión estirada como la "de rugby" funcionan perfectamente bien si la madre, en vez de estar sentada, está colocada en postura semi-reclinada.
  • Postura sentada - Posición caballito: En esta posición el bebé está sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre.

Aunque poco frecuente, esta posición puede ser muy útil con bebés con dificultades para fijar el pecho, bien por retrognatica (maxilar inferior corto o retraído) u otras causas.
En esta posición conviene que, al introducir el pecho en la boca del bebé, el pezón apunte "hacia arriba" en dirección a su paladar, de forma que una buena porción de pecho descanse sobre el labio inferior facilitando el agarre.
  • Postura estirada - Posición estirado (en paralelo): En este caso tanto la postura como la posición son frecuentes ya que de este modo se facilita el descanso de la madre. Es especialmente útil si la madre todavía siente molestias tras el parto, sobretodo si ha sido sometida a una episiotomía o cesárea.
También es muy útil para amamantar por las noches o si simplemente se quiere descansar un rato.

  •  Postura estirada - Posición estirado (en paralelo inverso): En este caso la posición del bebé es menos frecuente que la anterior pero hay madres que se sienten cómodas con ella y también puede ser útil, igual que la postura "a cuatro patas", en caso de obstrucciones o mastitis localizadas en la parte superior del pecho.
 

  • Postura "a cuatro patas" - Posición "boca arriba": Esta postura es poco frecuente en el amamantamiento diario.



¿HASTA CUANDO AMAMANTAR?
        Esta es una pregunta frecuente que solamente tú y tu hijo pueden responder. No existe la edad ideal para dejar de dar el pecho. Cada caso es diferente: algunas madres decidirán amamantar unos meses y otras, algunos años, sea cual sea la opción escogida, TODAS SON DIGNAS DE RESPETO.
        Como referencia, en 1990 la OMS y el UNICEF elaboraron la Declaración de Innocenti, donde se recomienda que, en beneficio de la salud, tanto de las mujeres como de los niños, todas las madres han de poder amamantar y sus hijos han de poder tomar exclusivamente leche materna los seis primeros meses de vida y de manera complementada, como mínimo hasta los dos años, y después tanto tiempo como madre e hijo quieran.
        Por otra parte, en 1997 el presidente del comité de lactancia de la Academia Americana de Pediatría explicaba q1ue ?hay niños que son amamantados hasta los 4, 5 y 6 años; esto puede ser poco frecuente, pero no es perjudicial?.
        Como puedes ver, no hay un límite de tiempo para dar el pecho. Puedes hacerlo durante tanto tiempo como quieras, pero entendiendo siempre que se trata de un derecho, no de una obligación.
        Nadie puede decidir por ti cuánto tiempo has de amamantar, ni lo que es mejor para ti y tu hijo.
        Déjate guiar por tu instinto. Sea cual sea tu decisión seguro que será LA MEJOR.

ALIMENTACION COMPLEMENTARIA EN EL NIÑO




¿Qué es la Alimentación Complementaria?

 
 

Es la alimentación que necesita recibir el bebé además de la leche materna, después de los 6 meses de edad. Consiste en alimentos caseros a base de  frutas, vegetales, verduras, cereales, granos, pollo, carne y pescado que se irán introduciendo  poco a poco de acuerdo a la edad del bebé con la orientación de un especialista en nutrición infantil.
 
"Proteger, promover y apoyar la lactancia materna exclusiva por seis meses y con  alimentación complementaria oportuna, adecuada y debidamente administrada hasta los 2 años o mas.”


Los expertos coinciden hoy en que la leche materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida cubre todos los requerimientos nutricionales de las/los bebés y por lo tanto no es necesario dar otros alimentos ni bebidas durante este período, ni siquiera agua pues la leche materna contiene toda el agua que los/las bebés  necesitan. Después de los seis meses, la leche materna por si sola  no  es capaz de satisfacer los requerimientos de energía y nutrientes de los/las bebés y entonces es necesario introducir la alimentación complementaria.

La OMS y UNICEF recomiendan que la alimentación complementaria sea Oportuna, Nutricionalmente Adecuada y Segura.

OPORTUNA - ¿Cuándo comenzar?
A los seis meses los/las bebés dan señales de haber alcanzado un grado de desarrollo que les permite comenzar a recibir alimentos blandos o semisólidos. Ya pueden sentarse, controlan su cabeza y pueden acercar el alimento a su boca. En este momento el sistema digestivo e inmunológico del bebé ya ha madurado y esta listo para recibir otros alimentos diferentes a la leche materna
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NUTRICIONALMENTE ADECUADA - ¿Qué alimentos ofrecer?
Los requerimientos nutricionales de un/una bebé entre los 6 y 24 meses han aumentado bastante pues se trata de un periodo de crecimiento rápido, sin embargo el tamaño de sus estómagos es todavía pequeño. Por esta razón, durante este período los/las bebés necesitan pequeñas cantidades de alimentos muy nutritivos.

• Durante el 6º y 7º mes las preparaciones deben ser suaves y fáciles  de masticar y tragar como purés de frutas y cremas de verduras.
• A medida que la edad del bebé avanza, los alimentos pueden comenzar a ofrecerse picados en trocitos.
• La alimentación complementaria debe darse en cantidades apropiadas, teniendo en cuenta que la capacidad gástrica de un bebé de 6 meses es de aproximadamente 200cc (6,6 onzas )
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¿Cuáles son los Alimentos que deben introducirse a partir de los 6 meses?

6 a 7 meses: Continuar con leche materna e introducir: lechosa, melón, cambur, mango y patilla (las frutas con color tienen más nutrientes que las pálidas).
        
7 a 8 meses: Continuar con leche materna e introducir: purés de papa, apio, ocumo, zanahoria, auyama. (los vegetales con color tienen más nutrientes que los pálidos).
       
9 a 10 meses: Verduras picaditas en trocitos, corazón de arepa, arroz cocido, plátano carne de res o pollo en sopas, queso y mantequilla.
                     
11 a 12 meses: Continuar con leche materna y agregar a los alimentos que el niño ya consume Granos y huevo (sólo la yema).
12 a 24 meses: A partir de los 12 meses el niño/a  ya puede estar integrado a los alimentos  que consume el resto de la familia siempre que estos no sean alimentos condimentados, enlatados  o picantes
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ALIMENTACIÓN SEGURA - Importancia de la higiene.
Los/las bebés pequeños son muy propensos a las infecciones gastrointestinales  por lo cual es muy importante aplicar prácticas de higiene alimentaria al preparar los alimentos que van a ofrecerse. Esta es una de las muchas  razones que justifican  la prolongación  de la lactancia materna hasta los dos años o más y cuando esto se logra los/las bebés sufren menos de diarreas e infecciones gastrointestinales
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ALIMENTOS NO RECOMENDADOS
Frutas cítricas, carnes crudas, bebidas gaseosas, chucherías (tipo pepitos, papitas, caramelos, frunas, chiklets, etc.)

Con la introducción de la alimentación complementaria se inicia una nueva etapa social, emocional y de desarrollo del comportamiento del niño/a  que  involucra a otras personas, además de la madre lo cual favorece el proceso de socialización.

Esta etapa constituye una maravillosa oportunidad para desarrollar la comunicación, la coordinación visual, manual y las habilidades motoras del niño/a.

La alimentación complementaria debe hacerse poco a poco comenzando por probaditas dándole tiempo a que el/la bebé se acostumbre al uso de la cucharita y a la consistencia  de los nuevos alimentos. La  introducción de la alimentación complementaria  es  un proceso que toma tiempo y que requiere paciencia pues a través de ella estamos sentando la base de respuestas futuras a la preferencia de nuevos alimentos.