“Nuestro primer contacto con nuestros hijos, es similar a nuestro
primer baile con una nueva pareja, donde a veces tenemos que practicar
un poco para poder movernos al mismo compás.
La lactancia es como una danza entre la madre y el/la bebé, donde
cada paso y cada movimiento son algo nuevo para los dos. La mayoría de
los problemas ocurren cuando el/la bebé no mama en la posición correcta,
lo cual puede causar desde pezones adoloridos hasta una baja producción
de leche”.
Éste es el testimonio de una madre para explicar el funcionamiento de
la lactancia. En realidad es así, al principio es un acoplamiento entre
mamá y bebé, los dos se están conociendo y deben ir poco a poco
logrando esa armonía perfecta que les permitirá enamorarse y disfrutar
inmensamente del amamantamiento.
Indiscutiblemente uno de los aspectos claves para lograr con éxito la
lactancia materna es la técnica adecuada de colocación del/la bebé al
pecho y conocer las diferentes posiciones que se pueden utilizar para
lograr que el/la bebé agarre correctamente y ambos puedan estar
cómodos.
Una buena técnica de colocación al pecho es vital para asegurar que
el/la bebé esté recibiendo suficiente leche y para evitar molestias y
lesiones en los pezones. Para esto el/la bebé debe tomar la mayor parte
posible de la areola dentro de su boquita, para saber si lo está
haciendo debemos observar que sus labios estén evertidos, sus mejillas
redondeadas, que no haya ruidos de chasquido o chupeteo, que su nariz y
barbilla queden en contacto con el pecho y sobretodo que la mamá no
sienta dolor mientras el/la bebé succiona.
Para lograr que el/la bebé se agarre del pecho correctamente, es
necesario que independientemente de la posición que la mamá decida
utilizar, el cuerpo del/la bebé esté en contacto con el cuerpo de ella,
su cabeza esté de frente al pecho y la mamá le dé soporte al bebé en
toda su espalda. Al momento de colocar el/la bebé al pecho, es
fundamental estimular su reflejo de búsqueda rozándole sus labios con el
pezón, inmediatamente el/la bebé abrirá su boquita y la mamá con un
movimiento firme hacia el pecho podrá ayudar al bebé a tomar la mayor
parte de la areola. Si la mamá siente que el/la bebé no agarró
correctamente y le está molestando puede separarlo introduciendo su dedo
meñique en la comisura del labio, de esta manera el/la bebé soltará
fácilmente y ella podrá repetir de nuevo los pasos anteriores hasta que
el/la bebé quede bien colocado.
Posición del bebé al pecho
Aunque lo más habitual es amamantar sentada o estirada con el bebé
frente a la madre, son muchas las posiciones a las que se puede llegar a
recurrir:- Postura sentada - Posición estirado: El bebé estirado frente a la madre en contacto con su cuerpo, mamando de un pecho y con sus pies hacia el otro pecho. Es la más habitual.
Una variante de la posición anterior es
colocar al bebé de forma inversa, también estirado y girado hacia la
madre, pero con los pies hacia el otro lado. Esta variante no es tan
frecuente pero puede ser útil si el bebé rechaza, por la razón que sea
mamar de un pecho. Si se le coloca en el pecho que rechaza del mismo
modo en que mama del otro, es posible que lo acepte.
-
Postura sentada - Posición "de rugby": El cuerpo del bebé pasa por debajo del brazo de la madre y sus pies apuntando a la espalda.
Esta posición es muy útil para drenar los
conductos que se encuentran en la cara externa de los pechos y así
prevenir, o si es el caso curar, posibles obstrucciones o mastitis que,
aunque puede darse en cualquier zona del pecho, suelen ser más
frecuentes en ésa.
Tanto las posión estirada como la "de
rugby" funcionan perfectamente bien si la madre, en vez de estar
sentada, está colocada en postura semi-reclinada.
-
Postura sentada - Posición caballito: En esta posición el bebé está sentado a horcajadas sobre una de las piernas de su madre.
Aunque poco frecuente, esta posición
puede ser muy útil con bebés con dificultades para fijar el pecho, bien
por retrognatica (maxilar inferior corto o retraído) u otras causas.
En esta posición conviene que, al
introducir el pecho en la boca del bebé, el pezón apunte "hacia arriba"
en dirección a su paladar, de forma que una buena porción de pecho
descanse sobre el labio inferior facilitando el agarre.
-
Postura estirada - Posición estirado (en paralelo):
En este caso tanto la postura como la posición son frecuentes ya que de
este modo se facilita el descanso de la madre. Es especialmente útil si
la madre todavía siente molestias tras el parto, sobretodo si ha sido
sometida a una episiotomía o cesárea.
También es muy útil para amamantar por las noches o si simplemente se quiere descansar un rato.
-
Postura estirada - Posición estirado (en paralelo inverso):
En este caso la posición del bebé es menos frecuente que la anterior
pero hay madres que se sienten cómodas con ella y también puede ser
útil, igual que la postura "a cuatro patas", en caso de obstrucciones o
mastitis localizadas en la parte superior del pecho.
-
Postura "a cuatro patas" - Posición "boca arriba": Esta postura es poco frecuente en el amamantamiento diario.
¿HASTA CUANDO AMAMANTAR?
Esta
es una pregunta frecuente que solamente tú y tu hijo pueden responder.
No existe la edad ideal para dejar de dar el pecho. Cada caso es
diferente: algunas madres decidirán amamantar unos meses y otras,
algunos años, sea cual sea la opción escogida, TODAS SON DIGNAS DE
RESPETO.
Como
referencia, en 1990 la OMS y el UNICEF elaboraron la Declaración de
Innocenti, donde se recomienda que, en beneficio de la salud, tanto de
las mujeres como de los niños, todas las madres han de poder amamantar y
sus hijos han de poder tomar exclusivamente leche materna los seis
primeros meses de vida y de manera complementada, como mínimo hasta los
dos años, y después tanto tiempo como madre e hijo quieran.
Por
otra parte, en 1997 el presidente del comité de lactancia de la
Academia Americana de Pediatría explicaba q1ue ?hay niños que son
amamantados hasta los 4, 5 y 6 años; esto puede ser poco frecuente, pero
no es perjudicial?.
Como
puedes ver, no hay un límite de tiempo para dar el pecho. Puedes
hacerlo durante tanto tiempo como quieras, pero entendiendo siempre que
se trata de un derecho, no de una obligación.
Nadie puede decidir por ti cuánto tiempo has de amamantar, ni lo que es mejor para ti y tu hijo.
Déjate guiar por tu instinto. Sea cual sea tu decisión seguro que será LA MEJOR.
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