miércoles, 23 de julio de 2014

5 razones por las que la crianza moderna está en crisis, según una niñera británica

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1. Tenemos miedo a nuestros hijos
Suelo hacer una prueba por las mañanas en la que observo cómo un padre da el desayuno a su hijo. Si el niño dice: "¡Quiero la taza rosa, no la azul!" aunque la madre ya haya echado la leche en la azul, trato de observar con cuidado la reacción de la mamá. La mayoría de las veces, se pone pálida y vierte el contenido en la taza que el niño prefiere antes de que le dé un berrinche. ¡Error! ¿De qué tenéis miedo? ¿Quién manda de los dos? Deja que llore si quiere, y vete de ahí para no escuchar el llanto. Pero, por favor, no trabajes de más sólo para agradar al niño. Y, lo más importante, piensa en la lección que le estás enseñando si le das todo lo que quiere sólo por ponerse a llorar.
2. Hemos bajado el listón
Cuando los niños se comportan mal, ya sea en público o en privado, los padres tienden a encogerse de hombros como diciendo: "Así son los niños". Te aseguro que no tiene por qué ser así. Los niños son capaces de mucho más de lo que los padres normalmente esperan de ellos, en cuanto a sus modales, al respeto por los mayores, las tareas del día a día, la generosidad o el autocontrol. ¿Crees que un niño no puede quedarse sentado durante la cena en un restaurante? Nada de eso. ¿Crees que un niño no es capaz de quitar la mesa sin que se lo pidan? De nuevo, no es así. La única razón por la que no se portan bien es porque no les has mostrado cómo hacerlo y porque no esperas que lo hagan. Así de simple. Pon el listón más alto y tu hijo sabrá cómo comportarse.
3. Hemos perdido las costumbres del pueblo
Antes, los conductores de autobús, los maestros, los tenderos y otros padres solían tener carta blanca para corregir a un niño maleducado. Actuaban como ojos y oídos de la madre y el padre si los niños estaban fuera de su vista, y todo el mundo colaboraba por un interés común: criar de forma adecuada a niños y niñas. Todo el pueblo se volcaba. En la actualidad, si a alguien que no es padre del niño en cuestión se le ocurre regañarlo, a los padres no les hace ninguna gracia. Quieren que su hijo parezca el niño perfecto, y por eso no aceptan que los maestros u otras personas digan lo contrario. Montarán en cólera e irán a hablar con el profesor antes que con su hijo por haberse portado mal en clase. Sienten la necesidad de proyectar una imagen perfecta al mundo y, por desgracia, su inseguridad se ve reforzada porque muchos padres se juzgan entre sí. Si un niño se pone a berrear, todas las cabezas se girarán hacia la madre con una mirada reprobadora. En su lugar, debería ser respaldada, porque hay muchas posibilidades de que el berrinche haya tenido lugar por no haber cedido ante alguna de las exigencias de su niño. Más bien, esos observadores deberían decirle: "Buen trabajo. Sé lo difícil que resulta poner límites".
4. Confiamos demasiado en los atajos
Me parece maravilloso que los padres tengan todo tipo de aparatos electrónicos para entretenerse en un vuelo o en la sala de espera del médico. También es fabuloso que podamos pedir nuestra compra online, y que podamos calentar comida sana a golpe de microondas. Los padres están más ocupados que nunca, y estoy totalmente a favor de tomar el camino fácil siempre que sea necesario. Pero los atajos también pueden ser una pendiente resbaladiza. Cuando descubres lo bien que Caillou entretiene al niño en un avión, que no te tiente la idea de ponerle los dibujos en un restaurante. Los niños también tienen que aprender a ser pacientes. Tienen que aprender a distraerse ellos solos. Tienen que aprender que no toda la comida va a estar siempre caliente y lista en menos de tres minutos y, si es posible, también tienen que aprender a ayudar en la cocina. Los bebés tienen que aprender a tranquilizarse solos; no hay que sentarlos en una silla vibradora cada vez que se pongan quisquillosos. Los niños tienen que aprender a levantarse cuando se caen, en vez de subir los brazos para que mamá y papá les cojan. Enseña a los niños que los atajos pueden servir de ayuda, pero que resulta muy satisfactorio hacer las cosas por la vía lenta.
5. Los padres ponen las necesidades de los hijos por encima de las suyas
Naturalmente, los padres tienden a cuidar de sus hijos en primer lugar, y esto es bueno para la evolución. Yo defiendo la idea de crear un horario que se ajuste a las necesidades del niño, y que la alimentación y la ropa del niño sean prioritarias. Sin embargo, los padres de hoy en día han ido demasiado lejos, sometiendo sus propias necesidades y salud mental a las de sus hijos. Cada vez con más frecuencia veo a mamás que se levantan de la cama cada dos por tres para satisfacer los caprichos del niño. O a papás que lo dejan todo y se recorren el zoo de punta a punta y a toda prisa para comprarle a la niña una bebida porque tiene sed. No pasa nada por no levantarte en mitad de la noche para darle otro vaso de agua a tu hijo. No pasa nada si el papá del zoo dice: "Claro que vas a beber agua, pero vamos a tener que esperar hasta llegar a la próxima fuente". No pasa nada por utilizar la palabra no de vez en cuando, ni hay nada malo en pedirle a tu hijo que se entretenga solo unos minutos porque mamá quiere usar el baño en privado u hojear una revista.
Pemo que si no empezamos a corregir, y pronto, estos cinco errores graves, los niños que estamos criando crecerán y se convertirán en adultos arrogantes, egoístas, impacientes y maleducados. No será su culpa, sino la nuestra. No les hemos enseñado otra cosa, nunca hemos esperado nada más de ellos. Nunca quisimos que se sintieran incómodos y, cuando es inevitable que sientan alguna molestia, no se ven preparados para ello. Por tanto, pido por favor a todos los padres y cuidadores del mundo que exijan más a los niños. Que esperen más de ellos. Que les hagan partícipes de sus luchas. Que les den menos. Que les pongan rectos y que, juntos, les preparemos para que tengan éxito en el mundo real, y no en el mundo protegido que hemos creado para ellos.

viernes, 30 de mayo de 2014


Bajar los niveles de triglicéridos en los niños



Bajar los niveles de triglicéridos en los niños

Una dieta saludable combinada con algo de actividad física o algún deporte, ayudará a que tu hijo recupere niveles saludables de los triglicéridos.

Introducción

Los niveles altos de triglicéridos es algo que normalmente se ve en los adultos con hábitos alimenticios y de ejercicios poco saludables. Los adultos pueden cambiar los niveles de triglicéridos modificando su estilo de vida o con medicamentos. Sin embargo, los niños están mostrando signos de niveles altos de triglicéridos cada día más. Esto crea un desafío único para los médicos y padres de familia que deben hacer bajar nuevamente esos niveles a uno que sea saludable.

¿Qué son los triglicéridos?

Los triglicéridos son un tipo de grasa que se encuentra en el cuerpo humano. Estas grasas se encuentran en el torrente sanguíneo, así como dentro de las células de tu cuerpo. El cuerpo produce triglicéridos cuando no puede utilizar los carbohidratos que consume en forma de energía. Tu cuerpo convierte los carbohidratos sobrantes en triglicéridos, que luego se pueden almacenar como grasa.

Niveles

Los niveles de triglicéridos de tu hijo se miden en mg / dL. Si la prueba de tu hijo arroja un nivel por encima de 150 mg / dl, el médico puede tomar medidas para ayudarle a que regresen esos niveles a un estado saludable. Si los niveles de colesterol HDL (bueno) de tu hijo son demasiado bajos, o el nivel de colesterol LDL (malo) son demasiado altos, el médico también puede considerar una medida más intensa para que esos niveles lleguen donde necesitan estar.

Comer sano

La primera línea de defensa para disminuir los triglicéridos de un niño es que coma correctamente. Muchos niños se alimentan con dietas llenas de alimentos fritos, comida chatarra o comida rápida para llevar. Por lo general, el médico recomendará la reducción del consumo de grasa saturada, de la ingesta de colesterol, aumentar la ingesta de fibra y reducir la cantidad total de calorías que consume.

Ejercicio

Otra forma de bajar los niveles de triglicéridos en un niño consiste es combinando los nuevos hábitos alimenticios con ejercicio. Los niños deben recibir entre 30 y 60 minutos de "vigoroso" ejercicio por lo menos 5 días a la semana (Hospital de Niños de Boston). Este ejercicio no tiene por qué ser en un gimnasio. Sólo el aumento de la cantidad de tiempo que tu hijo pase haciendo deporte o jugando al aire libre puede ayudar a reducir la cantidad de peso del niño, al mismo tiempo que mejora los niveles de triglicéridos.


Ejemplos de dietas para bajar los triglicéridos




Algunos triglicéridos son saludables, ya que proporcionan energía al cuerpo. Demasiados en la sangre, sin embargo, pueden aumentar tu riesgo de enfermedad cardiaca.  Si has estado comiendo más calorías de las que has quemando, lo más probable es que los triglicéridos se acumulen en el torrente sanguíneo. Tu médico puede realizar una simple prueba de sangre, ya que un nivel de triglicéridos superior a 150 mg por dl puede ser motivo de preocupación. Una dieta equilibrada y el ejercicio pueden ayudarte a reducirlos, haciéndote más saludable y reduciendo tu riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.


Desayuno

En general, elimina los alimentos de desayuno con alto contenido en grasas saturadas, grasas trans, azúcar y carbohidratos refinados, tales como bollos, cereales procesados​​, tocino, salchichas, galletas y la mayoría de los muffins y ponques. En cambio, come un plato de avena con un puñado de nueces y pasas, junto con un puñado de tus frutas favoritas: plátanos, manzanas, uvas, frambuesas, arándanos y moras son excelentes opciones. Además, en lugar de comer pan blanco tostado en la mañana, prefiere el pan integral tostado con un poco de mantequilla liviana o con aceite de oliva en la parte superior.

Almuerzo

Mantente alejado de los fiambres y los quesos, que contienen una alta cantidad de grasas saturadas, conservantes y sal. Evita comer carbohidratos refinados, sopas enlatadas con una gran cantidad de sal añadida, productos horneados, como las medialunas y otros alimentos que contienen altas cantidades de grasas saturadas y grasas trans. Para el almuerzo, disfruta de un envuelto hecho con aguacate, col, hummus o frijoles, lechuga, tomate y cualquiera de tus verduras favoritas en un envuelto de pan integral. Y en vez de comer proteínas derivadas de la carne, consume alimentos que sean ricos en proteínas, pero no sean derivados de animales, como el tofu, el aguacate, los frijoles y los garbanzos, ya que todos ellos tienen menos grasas saturadas.

Cena


Para la cena, evita la carne roja tanto como sea posible, especialmente la carne picada y los cortes grasos de carne, como las costillas, el asado y las chuletas de cerdo. Hornea, asa o cocina los alimentos al vapor siempre que sea posible, y evita cocinar con mantequilla, manteca de cerdo o manteca vegetal. Si es necesario, cocina con una pequeña cantidad de aceite de oliva saludable para el corazón o aceite en aerosol antiadherente. Por ejemplo, asa o cocina un filete de pescado como el salmón, el atún blanco o la caballa al horno. En vez de rociar el pescado en una salsa espesa, rocía una pequeña cantidad de aceite de oliva sobre éste, a continuación, utiliza hierbas frescas y especias como el orégano, la albahaca, el pimiento rojo y el cebollino para darle sabor. Sirve con 1/2 taza de arroz integral y una generosa porción de verduras al vapor, que pueden incluir el brócoli, los pimientos y habichuelas verdes o maíz. Coloca una pequeña cantidad de jugo de limón sobre el pescado y las verduras para un sabor adicional.