La sexualidad es el reconocimiento de
nuestro ser y nuestro cuerpo; permite saber a qué sexo pertenecemos e
influye en el papel de cada persona en su familia y en la sociedad.
Las personas somos producto de todo lo
que nos rodea, nos vamos formando como hombres y mujeres desde que
nacemos; las características físicas, biológicas, sociales, culturales,
emocionales y psicológicas, hacen del individuo un ser sexual.
Los padres y la sociedad nos encargamos
de asignar el papel que ha de desempeñar cada uno dependiendo del sexo,
desde que los hijos son pequeños los vestimos, les mostramos cómo
hablar, cómo comportarse, a qué jugar, etcétera dependiendo si es varón o
mujer, preparándolos así para la vida en sociedad.
Es muy importante que se refuerce la
identidad del niño o niña y se le respete tal como es. Cada uno muestra a
los demás su forma de ser y el que un niño quiera jugar con muñecas o
la niña elija un coche no significa que deje de ser “él” o “ella”. No se
puede pensar en sexualidad si no se consideran todas las
características de la persona.
Las manifestaciones de la sexualidad en los primeros años
Cuando los niños tienen tan sólo algunos
meses de edad aprenden de su sexualidad descubriendo sus cuerpos y las
sensaciones que pueden experimentar con la vista, el olfato, el oído, el
tacto y el gusto. Sus sentidos ayudan al niño a conocerse y a
relacionarse con personas y objetos, la combinación de los sentidos
permiten al bebé conocer y experimentar diferentes sensaciones que
pueden provocarle placer o disgusto.
La pregunta más frecuente y natural en
cuanto nace un bebé es: ¿qué fue, niña o niño? Esta pregunta se debe a
la curiosidad natural, y para saber de qué forma se va a tratar al
recién nacido. Para los padres inicia un proceso largo de educaciónpara fortalecer la identificación del niño o niña como hombre
o mujer.
Conocer su cuerpo, explorarlo, vestirse de una forma
determinada, comportarse de cierta manera, cortarse el pelo, portar
aretes, son cosas que los niños incorporan a su persona para desarrollar
su sexualidad aunque ellos no lo sepan.
Los pequeños no identifican “lo bueno” o
“lo malo” de pertenecer a un sexo, y no entienden por qué se les asigna
un determinado papel: niño o niña; para ellos lo único importante es
sentirse queridos, apoyados y respetados
.
Las diferencias entre niños y niñas
Alrededor del primero, segundo y tercer
año, el niño va perfeccionando su lenguaje y empieza a darse cuenta de
que pertenece a un sexo, reconoce que es niño o niña, y mira las
diferencias entre hombres y mujeres.
Física y biológicamente los niños y las
niñas se diferencian porque los primeros tienen pene y ellas vagina, eso
les da su carácter de hombre o mujer.
En el aspecto cultural, las diferencias
las marca la sociedad al señalar reglas de conducta para uno u otro
sexo. Así, la gente cree que los niños “deben ser” más bruscos, jugar
con pelotas, coches y todo aquello que identifica al hombre; no debe
llorar, tiene que proteger a la niña, realizar trabajos pesados, tener
más libertad. En cambio, se piensa que para las niñas son las muñecas,
los vestidos, la cocina, el quehacer del hogar, la delicadeza, llorar,
ser poco competitiva y sociable, entre otras cosas. Estas
características en ocasiones confunden a los niños, por eso conviene
pensar si es correcto inculcarles estos roles y por qué
.
Por qué los niños exploran su cuerpo
Cuando tienen entre 2 y 4 años, los
niños sienten gran curiosidad por conocer la forma de sus cuerpos, a
esta edad es normal y natural que el niño toque y explore su cuerpo
porque le es placentero y además se está conociendo. Para ellos su
cuerpo y lo que pueden sentir a través de él es tan importante como todo
lo que empiezan a conocer.
Por naturaleza, niños y niñas exploran
su cuerpo, se dan cuenta cómo son, qué tienen, cómo funciona y qué
similitudes y diferencias hay entre ellos.
Para los pequeños explorar su cuerpo es una necesidad, incluso antes del año pueden acariciarse a propósito y más adelante muestran su cuerpo a los demás sin vergüenza, ya que se sienten orgullosos de lo que tienen.
Para los pequeños explorar su cuerpo es una necesidad, incluso antes del año pueden acariciarse a propósito y más adelante muestran su cuerpo a los demás sin vergüenza, ya que se sienten orgullosos de lo que tienen.
Cuando el niño, ya mayor, se toca en
público, debe indicársele que existen reglas, no debe prohibírsele, sino
hacerle ver en qué momento puede o no hacerlo; también es muy
importante que se le diga que sólo él o ella pueden tocarse, nadie más,
así aprenderán a respetarse y protegerse, y se darán cuenta que su
cuerpo, al igual que su persona, son valiosos y únicos.
Cuando comienza a hablar es necesario
enseñarle el nombre correcto de las partes del cuerpo, incluyendo las
sexuales, de no ser así el niño pensará que son prohibidas.
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