jueves, 4 de abril de 2013

COSTRA LACTEA ( Dermatitis seborreica del lactante)

    




Los parches de piel áspera y escamosa que cubren parte del cuero cabelludo de un recién nacido pueden ser alarmantes para un padre primerizo pero, por lo general, no son nada grave por lo que uno se deba preocupar. Lo más probable es que obedezcan a una afección inofensiva denominada costra láctea.

Sobre la costra láctea

La costra láctea es la expresión coloquial que se utiliza para referirse a la dermatitis seborreica del lactante, o seborrea, que también se conoce como caspa cuando afecta a niños mayores o adultos.
Es relativamente habitual en los recién nacidos y los niños de hasta tres años de edad y cursa con gruesas escamas de color blanco o amarillas que aparecen sobre el cuero cabelludo. Algunos niños solo presentan escamas en un área reducida, mientras que otros tienen todo el cuero cabelludo cubierto de escamas. A veces, la costra láctea puede llegar a aparecer en las cejas, las pestañas, las orejas, el pliegue de la nariz, la parte posterior del cuello, la zona del pañal o las axilas. En contadas ocasiones, como en los lactantes que tienen eczema o la piel seca, la costra láctea puede cursar con piel agrietada asociada a comezón y secreción de pequeñas cantidades de un líquido de color amarillo claro.
La costra láctea no es contagiosa ni un indicador de malos hábitos higiénicos. La mayoría de las veces desaparece por sí misma. De todos modos, en los casos más graves o persistentes, el pediatra puede recomendar utilizar champús o lociones formulados médicamente. Si usted lava la cabeza de su bebé diariamente con un champú suave también le puede deshacer y eliminar las escamas de la costra láctea.
Aunque puede dar la impresión de que la costra láctea resulta molesta e incómoda para el lactante, por lo general, no crea ninguna molestia.

Causas

Se desconoce cuál es la causa exacta de la costra láctea, aunque algunos investigadores consideran que puede estar provocada por una producción excesiva de la grasa propia de la piel (o sebo) por parte de las glándulas sebáceas y los folículos pilosos. Hay un tipo de levadura u hongo, denominado malassezia, que puede crecer en el sebo junto con las bacterias, lo que puede ser otro factor que contribuye al desarrollo de la costra láctea.
La seborrea suele darse por familias, lo que significa que las afecciones que la pueden generar se pueden trasmitir de la madre al bebé antes del nacimiento. Además, existen ciertos factores, como las temperaturas extremas, la piel grasa, el hecho de lavarse la piel infrecuentemente, las lociones que contienen alcohol, la obesidad y otras afecciones cutáneas, que pueden incrementar el riesgo de desarrollar costra láctea.

Síntomas

La costra láctea tiene un aspecto diferente en función de cada bebé. Puede aparecer concentrada, formando racimos o agrupaciones, o se puede desarrollar en partes alejadas del cuerpo. Las áreas afectadas presentarán uno o más de los siguientes síntomas:
  • placas gruesas o costras (sobre todo en el cuero cabelludo, pero también en las orejas, las cejas, las pestañas, la nariz, el cuello, la ingle o las axilas)
  • áreas de piel grasas o aceitosas, cubiertas de escamas blancas o amarillas
  • escamas de piel (caspa)
En contadas ocasiones, los bebés con costra láctea presentan una piel medianamente enrojecida y/o asociada a comezón, y algunos de ellos es posible que hasta presenten pérdida de pelo, a pesar de que este suele volver a crecer tras la remisión de la costra láctea.

Cómo curar la costra láctea

A pesar de que la mayoría de casos de costra láctea no requieren tratamiento, es posible que a usted le interese deshacer y eliminar las escamas del cuero cabelludo de su bebé. Generalmente esto se puede lograr masajeando con delicadeza su cuero cabelludo con los dedos o una toallita y lavándole el pelo diariamente con champú suave mientras presente escamas.
Una vez que desparezcan las escamas, puede pasar a lavarle el pelo al bebé dos veces a la semana para ayudar a controlar los síntomas. Cepille el pelo del bebé con un cepillo limpio y de cerdas suaves antes de enjuagar el champú para deshacerle las escamas.
Si las escamas no se desprenden con facilidad, considere la posibilidad de extenderle una pequeña cantidad de aceite mineral o vaselina sobre el cuello cabelludo. Deje que el aceite mineral o la vaselina empape las escamas durante unos pocos minutos y luego cepille y lave con champú el pelo de su hijo como de costumbre. Asegúrese de extraerle el aceite o la vaselina cada vez durante el aclarado, ya que un exceso de tales sustancias podría hacer que las escamas se acumularan, lo que empeoraría la costra láctea.
Si la costra láctea de su hijo no responde bien al champú que utiliza normalmente, pida información a su pediatra sobre champús formulados médicamente o contra la caspa. Estos champús, muchos de los cuales pueden adquirirse sin receta médica, contienen ingredientes como el ácido salicílico, el alquitrán de hulla, el zinc, el selenio y el ketoconazol (este último suele requerir receta médica) que pueden ayudar a tratar la sequedad de la piel y la formación de escamas.
Aplique un poco de champú sobre el cuero cabelludo de su hijo y permita que lo empape durante por lo menos dos minutos. Masajéeselo y luego enjuague el champú y repita el proceso una vez más. Es posible que necesite hacerlo una vez al día o dos veces a la semana al principio pero, en cuanto la costra láctea esté controlada, lo más probable es que solo tenga que utilizar champús formulados médicamente una vez al mes.
Si la seborrea afecta a otras partes del cuerpo o si su hijo tiene la piel irritada, las cremas que contienen hidrocortisona podrían servile. De todos modos, asegúrese de consultar al pediatra antes de aplicar al bebé este tipo de cremas.
La costra láctea puede desaparecer durante varios meses y reaparecer repentinamente más delante pero, si usted sigue las indicaciones que le acabamos de dar, debería poder controlarla.



              

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